domingo, 30 de mayo de 2010

INSTRUCCIONES (14): Epílogo




Yo,

1) que soy tan viejo como para haber visto Hawai 5.0 (y tan fuerte como para haber sobrevivido)

2) que no soy necesariamente el mismo todo el tiempo porque me parece un abuso y una presunción (y contraproducente)

3) que no me hago cargo de los efectos secundarios de este blog (ni de mí mismo)

4) que no estoy seguro de que esto de aquí sea ficción o no-ficción (aunque sí estoy seguro de que no es un ensayo, ni siquiera de rugby)


me atrevería a decir que, finalizado el proceso de destripe de cada uno de los temas de nuestro segundo disco, con sus más y sus menos, con todos sus excesos (que los hay, y muchos), si he aprendido algo, podría ser que:


1) las canciones no pueden ni deben ser explicadas

2) la lectura/escucha de cada canción es tan personal que… (ver punto 1)

3) las canciones, en realidad son tan efímeras como

a. un buen/mal día

b. un canapé

c. los calendarios, los cumpleaños, sus velas

d. los aviones de papel


Y, sobre todo, que esto no es serio y, sobre todo, no es importante. Hay cosas importantes:. Soy capaz de reconocer algunas. Algunas... No sé: la cerveza, la Política, el fútbol, los crucigramas, las sesiones-interdepartamentales-con-presentación- powerpoint, etc.


Esto, en cambio, no pertenece a esa categoría. No es importante. Insisto.


Esto es un hobby, es decir, an activity or interest that is undertaken for pleasure or relaxation, often in one's spare time. Un caballito de madera (a hobby-horse). Cosa de niños o, como mucho de adultescentes, de gente disfrazada, máscaras… ¿momias? Una cara B.


Ayer fui —fuimos— a un concierto. Octubre, "Todo se lo lleva el viento". No os lo perdáis en cuanto pasen cerca (aquí un trocito). No (sólo) porque sean buenos. No (sólo) si os gusta el pop clásico, gran reserva, VSOP pop. No porque los hayan cuidado Talis & Ross (como a nosotros). Básicamente porque lo disfrutan y eso se contagia. Y hay muchas cosas que es bueno que te contagien. (Oh, dioses de la música ligera, prometo no entrar en contacto con metáforas modelo “contamíname”, nunca mais). De la misma forma, estas Instrucciones están hechas para disfrutar (nosotros), para celebrar (con los que se arrimen). [Acotación —de mi propio diccionario, página 2—: Celebrar: adquirir la inteligencia de la alegría] Y no está claro —nada— que sean contagiosas.


Quizá hemos fracasado. Pero ya sabéis: Da igual. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.


Hay otro problema fundacional: desde luego, estas Instrucciones (ni en CD, ni en su versión onanista-expandida-bitacorera) no nos explican. Sí, por supuesto, se llama así como si pretendiera otra cosa: “Instrucciones para entender a una momia”. Pero, oximorones, ironías y juegos aparte, en serio ¿alguien es capaz de entender un chisme por/con su libro de instrucciones? ¿alguien, de verdad, atiende un libro de instrucciones? Un buen amigo mío, adicto a los trastos electrónicos, un geek que entra en un Apple store y le ponen una alfombra roja de leds, que tiene pantallas planas de diversas resoluciones de fondo de armario, guarda los libros de instrucciones (toneladas) en el baño, como lectura antihemorroidal. Así apenas gasta tiempo. Va a lo que va. ¿Quién puede entretenerse con un libro de instrucciones? Las cosas deben explicarse a sí mismas (Negroponte dixit).


Así que no le demos más vueltas aunque sea un disco: es como es. Sin más historias. Y nos gusta así, en crudo, poco hecho.


Yo una vez dije que lo que no me gustaría de nuestro grupo es que hiciéramos unas canciones que se parecieran demasiado a esos cuadros de pintor aficionado que llenan las casas de marcos (en el mejor de los casos), ni a esos poemas de adolescente llenos de hormonas y faltas de ortografía y dientes de perlas y labios de rubí-que-te-vi. No podíamos embarrarnos en una combinación atroz de mala técnica, cursilería y afectación. No nos podíamos tomar el asunto en serio ni a nosotros (ni al PP —público potencial—) a broma.


Porque, admitámoslo, también hay una zona oscura de lo amateur, un aspecto peligroso en los hobbies.


El lado plasta del entusiasta.


Esperemos que no. Esperemos que estas canciones hablen de un grupo de gente que las hace mientras pasa un buen rato (o pasa un buen rato mientras las hace). Y, si además, podemos agitar levemente el aire que os envuelve en esos tres minutos que dura, más o menos, cada una, si hicieran algún clic, en algún lugar remoto en el interior de vuestras cabezas… si además… pues sería eso: como jugar al póquer y ganar.


Y si no, lo que os decía al principio: yo he sobrevivido a Hawai 5-0 (entonces no había The Wire, pero no dudeis del potencial comunicativo, y perdonad que os hunda momentáneamente la libido, del flequillo de McGarrett). Podré superar que este CD no sea un éxito internacional.


Y, si no, donde dije digo, diré Diges.


Bueno, en el primero de los posts os explicábamos en el Método Momia para hacer canciones. Yo dejé caer una letra y por ahí la han recogido… un embrioncillo de canción. Os la dejamos al final de todo esto, por si las bossas.


Mientras tanto, mientras tenemos un discoturus en ciernes, un nuevo proyecto en marcha, Instrucciones sigue su propio camino, a trompicones. Casi invisible.


La Momia y El Hombre Invisible: una freak parade. Exhibiendo nuestras propias debilidades. Con un par de muñones.







PD: ¿Nos habéis votado ya? ¡Así no vamos a ninguna parte!

jueves, 27 de mayo de 2010

EURODEMO SANTANDER:


Necesitamos votos, que mováis el enlace. Enviadlo a amigos, conocidos, enemigos, spam... hay que registrarse en Myspace y luego votar. Si nos echais una mano, nosotros, como siempre, os cogeremos hasta el codo, digo, lo daremos todo.

El enlace para votar: pincha aquí.

Momigracias

jueves, 20 de mayo de 2010

INSTRUCCIONES (13): A 1000 kilómetros




Llegados al penúltimo capítulo de la serie “instrucciones” que, de entrada, parecía una buena idea y ahora ya no sé lo que parece, queda por desgranar la última canción del disco. Es decir, habrá un capítulo de cierre (y último), pero hoy vamos a lo nuestro. A 1000 (mil) kilómetros.

Lejos de casa.

Tengo la imagen exacta de cuando escribí esta canción: sentado en el asiento de un avión pequeño, en un aeropuerto pequeño, a mil kilómetros de casa. La escribí en una agenda. A lápiz. De un tirón. Acababa de dar la que es, hasta ahora, mi última conferencia o curso de «experto». De eso ya hace un par de años, al menos.

Volvía, digo, de impartir (vaya palabra: sugiere dividir algo de forma imbécil por la mitad) un curso donde había recibido parabienes y felicitaciones (incluso sonrojantes) por un trabajo supuestamente estupendo. Yo odiaba ese trabajo. Me estuve presionando con él durante dos o tres años. Era como bailar un vals de la mano de tu secuestrador mientras todo el mundo aplaude. Un fraude. Así que, lo siento: se acabó el baile.

Desde ese día ya no he aceptado una sola proposición de ponencia, mesa redonda, seminario, comunicación. Ni siquiera una reunión de trabajo. Soy libre. My life as a fraud: The End. Ahora permanezco a 1000 kilómetros de allí. Cómodamente instalado en el extrarradio. Al lado del camino (¿Quién dijo eso antes y mejor?)

Mi vida como satélite, capítulo I.

—Pero ésta ¿no es una canción de amor? ¿De qué habla este tío?
—Pero vosotros ¿no queríais destripar las canciones? ¡Ah!, no, tenéis razón vosotros (como yo), aquí sois ficción. Vosotros no habéis pedido nada. Soy yo el que se empeña en este asunto. Por cierto ¿hay alguien ahí? Mejor que no. Esto lo escribo para mí. ¡Cotillas!

No, la canción no es sobre el amor: es sobre lo contingente del objeto de deseo, desde el punto de vista del sujeto del deseo. O, en otras palabras: esta canción habla de la nostalgia de no ser ya ése que enamoró a su chica (o a su chico, véase el vídeo) o, quizá, que ya no enamora/rá a nadie.

¿Horrible? ¿Cursi? ¿Pedante? ¿Border-line? No os preocupéis: esto no ha hecho más que empezar. A saco, Paco.

Y, puestos a ir a saco y, a la par, ser analítico, en esta canción hay, al menos —y digo yo— dos asuntos clave:

(1) en el fondo NO soy el mismo: es decir, lo contrario de lo que se suele admitir (si uno se queda en la superficie y no le da más vueltas). Lo habitual es que nos quedemos en el tópico, en el lugar común (para eso es común y es un lugar: para quedarse): pasa el tiempo, tenemos caídas, desmayos, triunfos también. Tenemos novi@s, chic@s, tenemos hij@s. Tenemos trabajos, sustos, alegrías, comuniones y entierros. Cambiamos de casa, de coche, de sistema operativo —aunque siempre funciona mal—. Nos deja de gustar la carne roja y le entramos a los potajes… y pretendemos, después de toda esa traca que, en el fondo, somos los mismos. ¿Los mismos que cuándo? No, no somos los mismos. Gracias al (Neo)Córtex y/o muchas más cosas, cambiamos. Y, si cambiamos ¿por qué seguimos siendo/pretendemos ser continuamente el objeto de deseo de esas abnegadas personas que nos dicen lo majos y lo listos, lo altos y morenos que somos? Y eso en el mejor de los casos: a veces ponemos distancia o la distancia se pone por medio y, entre tanto…
(2) me olvidé preguntar qué era lo bueno que viste en mí: porque eso es lo único que nos llevamos al otro lado del camino. ¿Qué aspecto, qué brillo teníamos? ¿Qué era toda esa energía? ¿Qué recuperar, si todavía hay tiempo? Me olvide preguntar.


Y, claro, obviamente, la distancia. El asunto es la distancia.

Coger distancia.

A veces se coge distancia para saltar (lejos o al suelo, según). Otras veces es (sólo) para pensar (solo).

Yo, entonces era (considerado) un profesor, un experto. Puntualmente. Círculos reducidos. En el mundillo. Siempre hay un pequeño lugar donde dar espectáculo. Alguien al que escuchar. Y, de repente, según esperaba que el avión despegara, que me alejara de allí, me sentí un fraude. Y claro, si lo era para eso, que es como académico, objetivo, tan power-point y tan curricular ¿por qué no para todo lo demás?

Porque, después de todo, ¿qué tiene de malo ser un fraude? ¿Que ya han dejado de ver lo bueno que había en ti?

Coger distancia, decía. No nos dejemos llevar. Un paso atrás.

Un respiro.

En las novelas (o lo que sean) de Rodrigo Fresán (creo, de hecho que en todas ellas, si damos por cierto que ha escrito más de una), suele mencionarse un lugar llamado Canciones Tristes / Sad Songs. Una canción triste: un buen lugar para perderse. Un lugar difícil para regresar. Esta es una.

Este es el lugar. Bienvenidos.

[Acotación: mientras escribo esto escucho el último CD de Klaus & Kinski. iTunes lo clasifica como «Godspell-Religious» (¡); Simultanemante Word corrige « iTunes» por «atunes». Los tiempos están tan raros: ahí sí podemos estar de acuerdo ¿No?]

Una canción triste. ¿Una canción sensiblera? Benjamín Prado dice —bueno creo que nunca lo ha dicho exactamente así, pero lo que sigue es un refrito de varias cosas que sí suele decir— que una canción que se precie, i.e. una canción digna de que se la puedas enseñar a Bob Dylan, no puede contener la palabra “corazón”.

Pues, sorry Prado, lo siento Bob, en esta canción corazón es la gran metáfora: no acierto a ver la razón / será cosa del corazón.

[Acotación nº 2; Obviedad pop nº1: Nadie nos mira con la razón (exclusivamente). Nos miran con/desde algo diferente (pongamos —por qué no— corazón; podía haber escrito «sistema límbico» o «arqueo o paleocórtex», pero, la verdad, no rima tan bien)]

Corazón: Sust. Fam. Algo que es capaz de (o que sirve para) engancharse, enredarse. Útce (utilizase también como excusa).

Atrapar, atrapar, atrapar…

Y coger, de nuevo, distancia. Hasta el siguiente lugar (quizá a 1000 kilómetros).

Nostalgia, distancia, impotencia, fraude. La cosa se pone mal.

(Canciones Tristes. Bienvenidos, de nuevo).

Y había más: esta canción acababa con unos versos que desaparecieron (está bien así, es mejor decir más con menos, incluso decir poco) que hablan de algo como de la necesidad de un ecosistema emocional basado en la pérdida. Decía, la última estrofa: Hubo buenos tiempos seguro / pero habrá que dejarlos pasar.

Sí. Pongamos un poco de distancia ¿mil kilómetros?

A veces es conveniente.

(Y ser un fraude puede resultar muy liberador: a mi me va de coña).

Despega el avión. Apago el iPod (no recuerdo qué canción oía mientras escribía ésta; y me gustaría). Cuando aterriza ya no soy el mismo. Otra vez.

Llevo una canción en el bolsillo. A. tiene una melodía en la cabeza. Esto es un bucle infernal.

Un bucle fantástico.


A 1000 KM

A mil kilómetros lejos de casa, / como siempre me pongo a pensar, / intento recordar. / Me cuesta admitirlo, en el fondo / no soy el mismo. / Busco respuestas / porque… / Los tiempos están tan raros /y no acierto a ver la razón / te escapas de entre mis manos / será cosa del corazón/ No debí alejarme de ti así / y me olvidé preguntar / que era lo bueno que viste en mí / eso tan raro que te pudo atrapar / A mil kilómetros lejos de casa / como siempre me he puesto a pensar.

Mi Lam(b) / La (dis) Fam# / Mi − Lam(b) / Fa#m Mi La Si / Fa#m La Mi Sim La Fa#m La Mi y gran final instrumental en Mi y más Mi y más Mi.



lunes, 17 de mayo de 2010

PENSAMIENTOS PROFUNDAMENTE SENCILLOS

- Se puede "estar en una nube" un lunes por la mañana sin oler a cenizas volcánicas.
- Se puede dormir en la cama con un fabuloso guitarrista que admiras sin que haga falta que seas homosexual.
- Se puede hacer sonido en menos de dos horas cuando tienes un fantástico técnico de sonido.
- Se puede miccionar a las 4 de la madrugada a las puertas del Santiago Bernabeu un dia antes de que el Barcelona gane la liga mientras pasa un celular de la policia. Siendo consciente siempre de "cómo se te entornan los ojicos".
- Se puede cenar a las puertas de Moby Dick un fabuloso bocata compuesto de queso, tomate, mortadela y chorizo por unos 4 euros. Sienta fenomenal.
- Se puede uno poner la chupa aunque no tenga frío solo porque tus amigos te lo dicen. Además se agradece.
- Se puede uno llevar el coche y tomar un montón de cervezas porque sabes que luego no va a estar ahí esperando que lo cojas.
- Se puede vivir intensamente el tema "hace un buen día" un domingo por la mañana con la sonrisa tonta clavada en la cara y rodeado de gente que quieres. Si además haces el amor la sonrisa es más grande, más tonta y se te "entornan los ojicos" también.
- Se puede explicar en un concierto una preciosa y dura canción y que personas inmersas en ese doloroso proceso se emocionen y te aplaudan.
- Se puede estar "rellenito" y tocar en un grupo.
- Se puede tocar en Madrid y que te hagan sentir como en tu propia casa.
- Se pueden firmar discos sin que tengas que ser famoso para ello.
- Se puede soplar superando la tasa de alcohol permitida sin que te detengan por ello.
- Se pueden tomar unas típicas bravas y comprobar que no son las bravas típicas.
- Se puede aprender que el anís dulce en realidad no es digestivo.
- Se puede tocar con tu grupo y que oigas a todos en su justa medida notando que el concierto marcha y que la finalidad de todo esto se cumple. Disfrutar, hacer disfrutar y pasarlo bien.
- Se puede uno dar cuenta con simple click de que estaban apagados y en ese mismo momento te embriagues de los sonidos de una noche maravillosa.
- Se puede comprobar con agrado que el 15 de Mayo del año siguiente vuelve a ser una estupenda fiesta.
... A todos vosotros, ya sabéis, ¡MUCHAS GRACIAS!.

lunes, 10 de mayo de 2010

Nuevos Aires Sureños

Felicidades pepe por el destripe de los dos pen-últimos temas del disco. Creo que vamos en buen camino para el tercer disco, aires como este melodijazz-sureño-sencillo. Me gusta. Sofisticadamente sencillo.
Me pido tocar lo que hace con la boca al principio del tema y un solo con Pep por el medio del tema.

sábado, 8 de mayo de 2010

INSTRUCCIONES (12): Canción protesta




En este blog ya escribimos sobre esta canción cuando sólo era un tema embrionario, un cancitururs. También publicamos el video, ése collage de imágenes de diferentes movidas, manifiestos y movimientos. Y, desde luego, hemos —machaconamente— descrito las virtudes de recuperar la canción protesta para hoy, para ayer, mismo desde el concepto de que mucho after, ubicuo post y algo de ur va a acabar por afterpostdesfigurarnos.

Así que no intentaré convencer a nadie. Ni siquiera a mí mismo: sí, la canción protesta tiene demasiado de ingenua, de queja infantil, de pancarta que no apunta soluciones. De pensamiento-slogan. Carne (picada) para progres.

Y, claro, ¡progre! ¡Qué palabra tan desabrida y difícil de pronunciar! Y eso que se enraíza tan obviamente con progreso, pero ahora el progreso está en horas bajas y lo que nos va es la sostenibilidad (palabra más fácil de pronunciar y que se enraíza obviamente con sujetador: no dudéis, soy un experto). Ya no hay pijos, ya no hay progres. Sólo términos medios, pensamiento único, políticamente correcto. Calma chicha

En fin, como pretendemos ser inteligentes (e inteligimos ser pretenciosos, que de eso también hemos hablado en algún otro post), esta es una canción protesta pero con matices ¿eh?, de ahí todas esas excusas en la primera parte de la canción. Prevención, tono, contención. No se lo vayan a tomar a mal. Porque cuando uno protesta, aunque sea por obviedades, corre el riesgo de salir trasquilado: «Sí, ya, pero ¿tú qué haces? ¿de qué lado estás? ¿es que quieres abolir los ejércitos? ¿vivir en la misma casa que los inmigrantes? ¿restaurar utopías que acaban en Mauthausen o en el Gulag?».

Sí, malos tiempos para las utopías. Ahora es el Reino del Divino Mercado y la épica de las Termópilas se pierde, irremediablemente, en el ajuste. Que le pregunten a Goldman & Sachs o Standard & Poors (o a Mitío & Drés que, a la postre, sabe lo mismo sobre estos temas de la economía de casino, digo, de mercado).

Bueno, no nos vayamos por los cerros aqueos: en resumen, cedamos, no son tiempos de eslóganes, de canciones con guitarra al cinto y palabras afiladas. OK, boss. Entonces ¿cuál es la alternativa?

Una buena es el escepticismo. También el cinismo. Y un poco de ironía. A partes iguales. Bueno, nos lo podíamos haber tomado a cachondeo y nos hubiera salido una como ésta (que también canta un médico, por cierto):




Pero no. Aquí somos gente seria. Teníamos que aprovechar la oportunidad de que alguien, algún día, nos oyera, nos escuchara, quiero decir. Alguien que coreara con nosotros «para que a mi nena no la eduquen los obispos». Alguien que se sintiera algo señalado, que se lo pensara dos veces antes de adoptar «la posición ignorante del burro en el belén». Sí, todo un poco doctrinario, pero para cínicos ya tenemos bastantes en el trabajo. Y esto es ocio. Disfraz. Y ¡cuántas cosas se dicen mejor detrás de una máscara!

Bueno, no sé. Salió así. Una canción pro-testa (para las cabezas, en latín) ahora que todo el mundo canta canciones pro-cardio. Y, aunque nada se puede cambiar con una canción (que se lo digan al mencionado Dylan, que intentó ayudar a cambiar el mundo y, después de ver cómo asesinaban a Kennedy, pensó que igual el mundo se lo llevaba por delante) ni con un discurso, todos los cambios vienen enmarcados por alguno.

Pero no sólo Dylan estuvo en estos registros.

Hubo otros, como siempre, antes. Algunos mejores. A mi una de las canciones protesta que más me han gustado de siempre es “Strange fruit”. Un tema que cantaba Billy Hollyday (que ahora he recuperado en el último disco de Dee Dee Bridgewater —ojo: para no perdérselo—) y que habla, con emoción, elegancia, rabia y elipsis del episodio del linchamiento de un hombre con el mismo color de piel del tipo que ahora preside ese convulso lugar. Sí, ése de los discursos ingenuos.




Os transcribo lo que pone la Wikipedia sobre este tema (para los vagos que nunca le dan al link):

Strange Fruit era la canción con la que cerraba su actuación Holiday. Se apagaban todas las luces excepto por un foco dirigido a la cantante, que iniciaba de la actuación con los ojos cerrados. Inmediatamente tras finalizar la actuación desaparecía del escenario. Después llegaba la calma sin música para dejar claro que la actuación había acabado.
Holiday sólo cantaba la canción en los bises de clausura: de la misma forma que se la cantaba a un público con el que simpatizaba, como para provocar a otro público cuyas ideas rechazaba. Escribió en su autobiografía “Esta canción consigue que la gente que está en orden se separe de los cretinos y los idiotas”. En los estados del sur, donde de por sí actuaba poco, cantó la canción aún más raramente, pues sabía que causaba irritación. En Mobile, Alabama fue perseguida hasta salir del estadio sólo porque intentó cantar la canción.


Pero claro, los tiempos han cambiado.

¿Quién cuelga ahora de los árboles? ¿A quién lincharán próximamente?

¿Los tiempos han cambiado? Menuda —otra— mentira, Bob, perdón, Zimmerman.








CANCION PROTESTA

Aunque los tiempos han cambiado, / (Dylan ya nos lo dijo), / y no se llevan los manifiestos / (ni el Lacoste para los pijos) / esta será una canción protesta / (y de paso un homenaje / al cantautor desconocido.) / Una queja moderada, / Una propuesta elegante,/ Un reproche insistente, /Una manifestación callada, / Una crítica serena, / Una protesta ahogada, / Una protesta ahogada… / Como una vela en su cera…] / Una protesta severa, / A los curas y a los ministros, / Para que a mi nena, / No la eduquen los obispos. / Una condena infinita, / de una infinita tristeza, / a los del fusil y la garita, / a los que asesinan la belleza. / Una crítica airada, / a los muertos que están vivos, / a los que agachan la mirada, /a los que viven sólo en los libros. / Una queja dubitativa, /para los que creen tan de verdad, /¡Que ni Cristo, ni Mahoma, ni Shiva, /ni Buda…ni tanta divinidad! / Y una advertencia insistente, / a los que ganan todas las guerras, / y nunca pisaron un frente: /¡Cuidado con los que entierras! /Una reprobación total, / a los que no evitan el hambre / con la carrera espacial, /con las carreras de tanques. / Y una protesta final, /al incendio, a los tsunamis, /al recalentón global, /a los que ikean los bosques, /a los que hunden el mar, /(y a los que cogen el coche, /para ir de su casa al bar). /A los que nada se creen, / aunque lo tengan delante: /posición ignorante, /como el burro en tu belén.


La Re Sol Re La / Mim Re La> Do Re / Sol Re La

lunes, 3 de mayo de 2010

INSTRUCCIONES (11): Armado hasta los dientes




A sólo tres canciones del final, «Armado hasta los dientes». Una posición bastante ventajosa, si tenemos en cuenta lo que dice mi amigo X: «la 10 [en un disco] siempre es buena». Supersticiones de coleccionistas, supongo.

No sé si «Armado…» es buena o no, pero sí es una buena declaración de intenciones. Una canción asesina.

Desde luego, a estas alturas, ya sabéis todos de qué va esto: «Esta máquina mata fascistas», el lema que Woody Guthrie llevaba escrito en su guitarra. Pero no se trata de capitalizar un mito (de eso ya tenemos otra canción por ahí: «Apadrina un mito»). Ni siquiera se trata de que sólo desde Woody se llega a Dylan —¿o fue al revés?— y de Dylan a todo lo demás.

Se trata de tradición y respeto, pero también de la ambición (genérica, sí, genérica: que cada uno rellene los ítems) de cambiar las cosas.

Desde luego, no somos los primeros que abordamos el tema. Aquí os dejo esta perla del grupo «Anti-flag» cuya letra no traduzco, por si hay niños delante.






¿Potente? Sí, pero Woody lo era bastante más. Quizá no utilizaba toda esa estética de bailes coreo-atetósicos (ésa se la reservó para morir: la gente creía que se había vuelto loco y/o que el alcohol le pasaba factura), ni distorsionaba con el ampli ni golpeaba el bajo eléctrico. Pero cantaba cosas ¡en 1940! como: As I went walking, I saw a sign there;/ And on the sign there, It said "Private Property." / But on the other side: it didn't say nothing!/ That side was made for you and me.

Sí, ese es (sigue siendo) el lado correcto. En fin, cosas de la memoria histórica, ahora que lo único que se lleva es la retórica emocional y lo de ser fascista/antifascista se empieza a parecer demasiado a estar en un lado o en otro de un campo de fútbol. La gran excusa histórica para darse de hostias.

Pero la que cuestión es: ¿Dónde están ahora, dónde han ido a parar, esas canciones? ¿Y esa intención de «mover conciencias»? ¿De verdad se murió la Historia?

Es posible, lo más aproximado que he visto últimamente a una canción política es esto:



Tranquilos: pronto una versión nuestra. Faltaría más.

Resumen (para el rincón del vago, en caso de que, en un futuro cercano, se hagan tesis —bueno tesinas, trabajos, reseñas, notas al pie, lo que sea— sobre este grupo): esta canción habla del compromiso moral que debería guiar al que dice cosas en voz alta, al que está dispuesto a utilizar un espacio, a cantar y/o a gritar, sin más límite que la verdad, la de uno, sin más obligación que la propia dignidad. Objeto: provocar tu particular guerra mundial (oxímoron bastante correcto, no me diréis).


Y la verdad es que el primer día que el Lidl nos enseñó los acordes, recuerdo que nos lo pasamos en grande, en plan AC/DC, montando un ruido tremendo y, yo al menos, alucinado de tocar por esos palos. Por algún motivo, el tiempo ha ido dulcificando la crudeza inicial de esta canción. Aún así, el guitarreo inicial sigue siendo bastante poderoso (y algunas guitarras distorsionadas que se van dejando caer por ahí, acabando en un potente solo) y hay algún arrastre de Hammond que el Talis consiguió colocar en su sitio. Aún ahora, cada vez que la tocamos, yo hago algo distinto. Creo que es la única en la que me permito improvisar, en la que me siento cómodo.

Una canción donde me siento libre.

Y, por muchas cosas, una canción donde, siempre, me acuerdo del Bali. Otro tipo de una pieza. Con esa sonrisa de las que sólo son capaces los tipos honestos, los que nunca se han vendido.

Un homenaje a esa especie en vías de extinción.

PD:

La canción tuvo, en algún momento, una estrofa final:

Tengo entre las manos una guitarra / Y estoy dispuesto a utilizarla / Ya tengo las uñas largas / Ya tengo las uñas largas / Ya tengo las palabras…afiladas / Ya tengo las palabras…afiladas

¿La recuperamos? ¿Con qué nos defenderemos?

Yo creo que con palabras afiladas (las únicas -y verdaderas- catanas Hattori Hanzo).



ARMADO HASTA LOS DIENTES

(V) Tengo entre las manos una guitarra / Y estoy dispuesto a utilizarla / Tengo en mi cabeza algunas certezas / Y estoy dispuesto a dispararlas / Me pondré a las órdenes de mi dignidad / No responderé ante nadie más /. Tengo entre las manos una guitarra / Y estoy dispuesto a utilizarla / Seré brutal, no pienso hacer rehenes / Sin concesiones , sin bromas, ni belenes / Sin más límite que la verdad, mi verdad / No responderé ante nadie más / (Ch) Voy armado hasta los dientes / Es inútil que te resistas / Voy armado de canciones / Y mi guitarra es una máquina…de matar fascistas / Voy armado hasta los dientes / De metáforas, de versos, / Como una ametralladora / Mi guitarra es una máquina…que resucita a los muertos / Tengo entre las manos una guitarra / Y estoy dispuesto a utilizarla / No conozco una razón más importante / Para empezar una batalla / Que tener ocasión de provocar / Tu particular guerra mundial


V: La Sol Re (x2) / Do Re La / Do Re
Ch: La Sol Re / Sol Re / Sol La Do La