jueves, 30 de abril de 2009

Pecados capitales [de provincias] (I): AVARICIA


Primero acumulé las golosinas que me daba Padre, después, la paga semanal, las monedas que me devolvía el panadero, los cromos de futbolistas que robaba de los otros pupitres, en el recreo. Todavía recuerdo el minúsculo candado de aluminio azul en mi cajón repleto de aquellos tesoros, el brillo del celofán, los paquetitos perfectamente cilíndricos con la cantidad anotada.

Más tarde, acabados mis estudios, aprendí a hacer dinero: compré empresas y terrenos, doblegué a la competencia, despedí a los trabajadores que ponían en peligro mi cuenta de resultados, gané aún más —pude influir— jugando en bolsa. Cuando superé las diez cifras me invadió un profundo vacío, la certeza de que ése no era el camino. Lo abandoné todo. Me hice sacerdote.

Ahora el obispo me ha puesto al frente de una parroquia. Mil seiscientas treinta y un almas. Veintitrés mujeres gestantes. A mi disposición. “Un universo”, pienso, mientras admiro la forma exacta del candado azul, en el sagrario.



lunes, 27 de abril de 2009

En el calor de la noche.


¿Qué decir después de tanta entrega? Me refiero a tanta entrega por parte del público: nosotros somos profesionales y permanecimos fríos y distantes, ya sabéis. Aquí os dejo la foto de dos Momias frías y distantes.



La noche fue estupenda: en el local hacía un calor tropical, pero más era el calor de los amigos, celebrando los temas, apoyando, ayudando a estas balbuceantes Momias, incluso cuando asumimos (vosotros más, desde luego) el riesgo de presentar un buen número de canciones nuevas. Y en formatos que son menos habituales para nosotros.



Este post es sólo para agraderos a todos ese apoyo, los aplausos, los amables comentarios al final. Y la paciencia de esperar a que nos dejaran empezar, después del fútbol. Muchas gracias, especialmente, a los que vinieron de muy, muy lejos: Miguel, Ofelia, Pepe, Pilar, Jose (que a este ritmo de fidelidad se está convirtiendo en una Momia más) y, por supuesto, a las Momias en la sombra (Luis&Luis).



Os dejamos en compañía de Neruda. Iré colgando otras canciones en las próximas entradas: creo que You Tube no da para el concierto entero. Vosotros sí, vosotros sois Giga-Amigos y Tera-Majos. Larga vida, amigos.



sábado, 25 de abril de 2009

HOY, TAL VEZ MAÑANA


Hoy, en la Puerta Falsa (parecería que nos han cogido cariño) nuevo concierto de La Momia, a las 23 horas.

Hemos preparado un ambicioso repertorio, en dos pases (así no tenéis que hacer como que os apetece un bis, os será físicamente imposible). La primera parte es un poco más lenta: nuestras canciones de ánimo íntimo, medios tiempos, poetas que se colaron, himnos y declaraciones.
Para los que resistan (las bebidas, cuidado con la nostalgia...), en la segunda parte, los viejos y nuevos grandes éxitos de La Momia. Y alguna sorpresa que dependerá de cuánto nos animemos/animéis y lo que vosotros queráis.

Y, sí, hay muchas alternativas esta noche en Murcia. Pero la nuestra es la mejor (despues de comeros los sandwiches de Nocilla / Experience / Dream / Lab que por la tarde os habrán ofrecido en los prolegómenos del SOS).
Os esperamos con muchas canciones nuevas (ni nosotros sabemos muy bien cómo...) hoy, tal vez mañana, si la noche aguanta.

lunes, 20 de abril de 2009

A PROPOSITO DE HORNBY


Os (me) tenía prometido este post hace tiempo. ¿Recordáis?: Las “31 canciones” de Nick Hornby (Ed Anagrama). Este libro me lo prestó (que la SGAE me perdone) Abel en Sicilia, a la sombra de un enorme roble, mientras sufríamos hablando de la vida y aminorábamos el dolor de tan grave conversación a base de nutrido piscolabis y paisaje: el Etna no paraba de fumar, al fondo. Eso consta en mi memoria RAM (Raquítica Aunque Mesirve). Abel estaba entusiasmado con el libro, pero, ya sabéis, Abel se entusiasma fácil, incluso por nosotros, que somos una panda, más que una banda. Así que no hay que hacerle mucho caso… y ya voy por la tercera lectura.


Otros antecedentes: el tal Hornby ya llevaba una recomendación previa de Luis V, lo que hace que cualquier autor se convierta en lectura imprescindible. Así que por mis manos/ojos/cerebro (por ese orden) ya había pasado algún otro Hornby. Y vosotros habréis leído o visto (y, si no, corred ahora mismo a vuestro proveedor más cercano) “Alta fidelidad” en formato libro o peli.

El caso es que el tipo es tan adictivo que, entre otras cosas, se le atribuye haber puesto de moda el fútbol (versión Premier League), a finales los 90 y de nuevo, para la clase media (aquí media-alta-alta) británica, cuando éste, al parecer, era un reducto de hooligans y Gente Uza.


¿De qué estaba yo…? Sí, “31 canciones”: es un librito, en realidad una recopilación de artículos, donde NH se deja llevar y se moja por ese número de canciones (concepto que, de entrada, distingue y aprecia sobre las piezas de jazz, la música clásica o esas otras cosas

que se supone que deben oír preferentemente los escritores). Alrededor de ellas hay anécdotas, recuerdos, afirmaciones ideológicas… pero, por encima de todo, hay un análisis de las propias canciones desde la propia óptica de la canción, ni siquiera de “lo musical”. Tanto es así, que NH destaca enormemente por su fineza como “escuchador” de canciones, de la misma forma que algunos otros escritores destacan por su “nariz” como lectores. No es una asociación nueva: entre nosotros, si quisieran, estoy seguro que nuestros queridos Loriga, Prado, Monzó, Fresán, incluso Marías o Pérez-Reverte (ahí me he pasado ¿no?) podrían intentar una aproximación similar.


Pero se trata de Hornby. Para no estropearos la –imprescindible– lectura, la he destilado en un decálogo donde interpreto algunas ideas que se dejan caer por el libro sobre lo que debe ser una buena canción, una que valga la pena escuchar, que aguante en tu reproductor, en el coche, en la memoria. Al final os pongo links a algunos de los 31 temas, para que os hagáis una idea de lo rizomático del libro.



Intento de Dodecálogo, Inicial, Obvio, Tergiversado, Espurio y Zompo (I.D.I.O.T.E.Z) basado en un libro de NH para la correcta degustación de una canción:




  1. Una canción no debe estar nunca completamente clara, resuelta.
  2. Si una canción te gusta, ella y tú debéis estar dispuestos a acompañaros en diversas etapas de la vida, por encima de los recuerdos específicos que ella te suscite.
  3. Un artista debe ser capaz de persuadirte de la verdad de lo que canta.
  4. Si le gusta a un montón de gente no significa que no tenga valor. En ocasiones puede indicar todo lo contrario.
  5. Ser efímero puede suponer un signo de madurez.
  6. Con lo ruidoso tiendes a no equivocarte demasiado: el riff de rock es esencial para la nutrición. Pero las canciones desnudas, sin un punteo de Stratocaster, dan miedo: tiendes que entenderlas por ti mismo.
  7. En un mundo perfecto, algunas canciones que te gustan no deberían gustarte: déjate llevar, no vivimos en ese mundo.
  8. Sí, claro, Dylan, por supuesto, pero…
  9. ¿No podemos permitirle a una canción consolarnos, reanimarnos, conmovernos, alegrarnos? ¿Por favor? ¿Sólo de vez en cuando, cuando hemos tenido un día realmente de mierda?
  10. La música desafía la expresión de todo eso que está más allá de las palabras, eso que elude nuestros mejores intentos de soltarlo por la boca. Por cierto, ¿qué hace ahí ese solo de guitarra?
  11. Hay muchas buenas canciones que te has perdido. Sigue buscando.
  12. Sólo necesitas unos cuantos cientos de cosas más como lo bien que te hace sentir esa canción que tu sabes… y ya tienes una vida que merece la pena vivir.


Y, desde luego, lo mejor no son todas estas frases entresacadas, falseadas, tergiversadas. Son las 148 deliciosas páginas. Sólo para gourmets. Ya tardáis.


Sí, sí, vale, Abel, ya te devuelvo el libro. ¿Te importa que esté un poco subrayado? ¡Ah!, sí, el lápiz también es tuyo…




Your love is the place where I come form
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Puff the magic dragon
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You had time
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I'm like a bird
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Pissing in a river
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Needle in a Haystack
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Thunder road
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domingo, 19 de abril de 2009

DE PESCA


Papi dijo que sólo es cuestión de paciencia. Cebar bien el anzuelo y lanzar lejos y tener paciencia, mucha paciencia. Y que no hay que dormirse mirando las olas que chocan con el acantilado. ¡Ah, sí! y que hay que tirar poco a poco, cuando el pez se haya cansado. Eso dice siempre.

Así que no entiendo los gritos, tantos gritos y todo el lío y avisar a mami y que viniera la policía y todas esas preguntas. Es verdad que el pez no olía muy bien y que, al final de las dos aletas tan gordas que tenía, las escamas eran muy feas. Cuando papi arrancó una y me la enseñó se veía un poco más claro: sí, podía ser una uña. Pero yo qué sabía. Yo creía que era un pez raro. Hay tantos peces en el libro que me regaló papi, que vete tú a saber. Podía ser un pez perfectamente. Si por lo menos hubiera estado entera, seguro que la reconozco.

Tampoco creo yo que sea para ponerse así. Otras veces llegan los muertos enteros a la playa y mi papi no grita tanto.


Será que él tiene más paciencia.



domingo, 12 de abril de 2009

VIAJE



He visto la sencillez de las amapolas triunfar sobre las ruinas del circo romano.

He visto un halcón esperando sobre un poste al lado de la carretera. He visto su mirada.

He visto las manos gruesas del pescador al retirar de la red con delicadeza, sin un solo rasguño, la sardina que dará de comer a sus hijos.

He visto un carro de gitanos cuya piel tiene el mismo color que las ruedas, la lona, sus vestidos y el perro que andaba atado a su lado. El color sucio de la desesperanza.

He visto la majestad de las cigüeñas ennoblecer casas abandonadas.

He visto el elegante cagadero que usaban los reyes portugueses, en la cima de una montaña, dominando su reino.

He visto tractores seguidos de una nube de tierra roja, preparando la siembra.

He visto robles fuertes como robles.

He visto helechos colgando de las ramas de las sequoias.

He visto a mis hijos escribir su nombre en la arena.

He visto el nombre de los ciudadanos hispanorromanos grabados a cincel en las estelas de sus tumbas desaparecidas.

He visto a través del oro del vino verde.

He visto el punto más occidental del Antiguo Mundo.

He visto al viento jugar con la cometa que jugaba con mi hija.

He visto a una mujer vieja reñirle a mi mujer por usar un columpio en un parque.

He visto a un conductor de tranvía que se apellidaba “Vinagre”. He visto su cara.

He visto la impermeabilidad de los cisnes.

He visto bailar a un león.

He visto olas obstinadas en vencer la solidez del acantilado. Y a los pequeños percebes que lo habían conseguido.

He visto la civil grandeza romana y la religiosa estupidez del renacimiento.

He visto un mar infinito cabalgado por animales de neopreno.

He visto la luna del jueves santo espiando mi habitación, de madrugada.

He visto al deshielo de Manet construirse con sus gruesos trazos en los ojos de mi hijo.

He visto al Tajo morir generoso y bello y silencioso.

He visto un teatro que es el propio espectáculo.

He visto al sol envidiar el frío de mi cerveza.

He visto la celda que no pudo retener a su monje.

He visto una biblioteca flotar en la oscuridad.

He visto un reloj de sol estropeado por la sombra de un árbol, esperando.

He visto un viaje anterior dentro de este viaje.

He visto las sondas y los estiletes que utilizaba un cirujano del siglo I. Los mismos.

He visto los anteojos de Pessoa y el mar de Vasco de Gama.

He visto brillar el cuarzo en el granito después de la lluvia.

He visto a un hombre negro de ojos amarillos adoquinando el camino del palacio que visitarán los turistas.

He visto la última curva

He visto la cara del policía leyendo este cuaderno, después del accidente.

He visto la sencillez de las amapolas triunfar sobre las ruinas del circo romano.


jueves, 2 de abril de 2009

EL PAPA Y SUS SANTOS CONDONES




Editorial de la revista The Lancet acerca de los condones del Papa (traducción tomada del Blog de Vicente Baos, El supositorio):


"El Vaticano sintió una oleada de calor sin precedentes por la condena internacional recibida la semana pasada, después de que el Papa Benedicto XVI realizara una declaración indignante y ampliamente inexacta sobre el VIH-SIDA. En su primera visita a África, el Papa dijo a los periodistas que la lucha del continente contra la enfermedad era un problema que "no pude ser superado mediante la distribución de preservativos, al contrario, ello puede incrementarlo" La oposición ética de la Iglesia Católica al control de natalidad y el apoyo a la fidelidad marital y la abstinencia en la prevención del VIH es bien conocida. Pero, al decir que los condones exacerban el problema del VIH/SIDA, el Papa ha distorsionado públicamente la evidencia científica para promover la doctrina católica en este tema. La comunidad internacional rápidamente condenó este comentario. Los gobiernos de Alemania, Francia y Bélgica publicaron notas criticando el punto de vista del Papa. Julio Montaner, presidente de la International AIDS Society, clasificó el mensaje como "irresponsable y peligroso". UNAIDS, el Fondo para la Población de la ONU y la OMS realizaron una actualización de su posición oficial sobre prevención del VIH, la cual dice: "el condón de látex masculino es la único, más eficiente disponible tecnología para reducir la transmisión sexual del VIH". En medio de la tormenta, incluso el Vaticano trató de alterar las palabras pontificales. En la página web de la Santa Sede, el portavoz vaticano, Padre Federico Lombari, puntualizó que el Papa trataba de decir que había un " riesgo que los condones... pudieran incrementar el problema" Si el error del Papa fue debido a la ignorancia o a un intento deliberado de manipular la ciencia para apoyar la ideología católica no está claro. Pero el comentario permanece y el Vaticano intenta atemperar las palabras del Papa, más allá de aclarar la verdad, no es la vía correcta. Cuando una persona de gran influencia, sea religiosa o líder político, hace una declaración científicamente falsa, esto puede ser devastador para la salud de millones de personas, se debería retractar o corregir de manera pública. Cualquier otra actitud del Papa Benedicto podría ser un inmenso perjuicio para los defensores de la salud y la gente, incluyendo miles de católicos, que trabajan fatigosamente para tratar de prevenir la extensión del VIH/SIDA a lo largo del mundo."
Sin comentarios

miércoles, 1 de abril de 2009

La lista



Ya hace tiempo, en El País Semanal –que es el semanal de El País, lo que aclaro aquí por si el Capitán Obvio, que diseña los nombres de los suplementos del grupo PRISA no os asiste– publicaron los 100 Relatos que “habían cambiado la vida” de 100 escritores. Por cierto, que el artículo lo redactó Benjamín Prado, asiduo de este blog y de las canciones de La Momia.


EPS –que, insisto, es el s… de EP– ha reincidido en el delito y publica en su número 1695 (es decir, el penúltimo) las 100 canciones que cambiaron la vida (¿?), o, mejor, (¡#*$$!), de 100 músicos españoles.

La verdad, he de reconocerlo, a mí me gustan mucho las listas: desventajas/secuelas de mi educación judeocristiana, en mi vida siempre espero que aparezca un Moisés con look cardado-blanco tipo Heston, que me revele los 10 mandamientos (15 – 5 = 10, según Monty Python) de cada cosa, i.e. viajes, ropa, literatura... Y, de hecho, cuando salió este especial del EPS, me encontraba traduciendo el libro “31 canciones” de Nick
Hornby a un decálogo –que lleva 16 entradas, o sea que es ya un hexadecálogo o como se diga– que permita identificar qué debe/no debe tener una buena canción (al menos para NH). Bueno, ya colgaré eso cuando lo acabe: mientras tanto, id leyendo el libro, que no tiene desperdicio.

A lo que iba, me gustan las listas… pero las buenas listas, confeccionadas con buenos criterios –o, al menos, criterios– y, en esto, el artículo del EPS no es precisamente un ejemplo de periodismo de investigación, y eso que lo firma el erudito del Diego
A. Manrique, que es al pop-rock como Harold Bloom a la literatura: gordo (no tanto) y canónico (no tan reconocido). Por cierto, Sr Manrique ¿cómo se le ocurrió escribir eso de que “pocos artistas negros han pasado la prueba del algodón”?. Esa frase se merece un gran WTF.

Bueno, si con lo que ya os he dicho, no os animáis a leerlo es que he acertado en la redacción, así que aquí van algunas conclusiones a modo de resumen (personal):
La canción más influyente: “Ne me quitte pas” de Jaques Brel; el grupo más mencionado: The Beatles; el primer español mencionado: Camarón de la Isla (por su canción “Como el agua”, que yo creía que era de Bruce Lee, my God!)… y así va la cosa.

Pero lo más interesante, como siempre, son los detalles de la encuesta, es decir, qué canciones eligió cada músico y qué músicos participaron. Como dijimos en otro post que dijo Savater que dijo Vila-Matas (¿o era viceversa?), hoy en día lo que más dice de cada uno es lo que cita/copia (así que, metaautorreferencialmente, todo esto no me lo toméis muy en cuenta).


Y ahora me voy a mojar (aunque no le importe a nadie, pero para eso escribe uno un blog que tiene el record de no comentarios de la websfera): para mí, el ganador –y eso que aún me acuerdo de lo del Musik– en gusto musical a la hora de dejar que éste (dudoso gusto) te cambie la vida es… Iván Ferreiro, que menciona a 1: Cena recalentada (Golpes Bajos), 2: Septiembre (Los Enemigos), 3: Lucha de Gigantes (Antonio Vega), 4: There is a light that never goes out (The Smiths) y 5: The whole of the moon (The Waterboys). Le siguen muy de cerca Amaral, Coque Malla, Quique González, Andrés Calamaro, La Buena Vida, Love of lesbian –cómo no– y algunos más.

Y, el ganador al peor gusto en canciones, está muy disputado entre David Bisbal (1: “Bailar pegados” de Sergio Dalma), Melendi (1: “Evaristo” de Extremoduro) y Kepa Junquera (1: “Itsasoan doanian, león” de Fasio eta Maurizia [y así hasta 4 más: qué ur-euskaldun, incluso en una encuesta sobre músicos hispanoamericanos, menos mal que por lo menos cita a Piazzola en último leku, digo, lugar]).

Pero, en definitiva, el mejor es Pablo Carbonell, que es incapaz de responder en
serio ni a la Guardia Civil, y que se lleva, desde este blog, el 1er premio a la mejor respuesta a la peor encuesta publicada jamás en EPS, con su elección de “Mi barba tiene tres pelos” de Miliki. Ya sabemos de dónde bebe –perdón por el chiste fácil– su “agüita amarilla”.

Y lo de “la peor encuesta del EPS” lo digo con pleno conocimiento basándome, por ejemplo y sin ir más lejos, en el difícilmente explicable hecho de que “Coco Guagua” de Enrique y Ana esté en el puesto 82, por delante del 99 de “Knocking on heaven’s door” de Dylan.

Inexplicable e injustificable.


Y vosotros ¿tenéis una lista? La mía toca la batería.