domingo, 12 de septiembre de 2010

LOVE OF LESBIAN: FIN DE CICLO


B-Side festival. 11 de septiembre. Estadio Sánchez Canovas: un trozo de hierba rodeado por un basurero que la noche no consigue disimular. La trashuerta. Once y media de la noche. El público expectante se va apelotonando delante del escenario. Nosotros habíamos ya avanzado aprovechando la confusión al final del concierto anterior. Buena colocación (de sitio, digo; solo llevábamos 3 cervezas): centrados y a unos 15-20 metros del front stage. Los movimientos de la masa indie comienzan a ser cada vez más agresivos. La música del DJ del Gallo Blues es buenísima. Consigo una pequeña ventaja táctica subiéndome encima del tubo de cableado que va hasta la mesa de control (30 cms de ventaja). Subo a las chicas y comienza la lucha por la posición. Impongo mi envergadura (indies todos bajitos por una vez). Supermaño cae en las primeras escaramuzas y no consigo agarrarle.

El escenario ha sido cubierto con una enorme cortina con el logo del festival y, mucho más grande, su principal patrocinador. Hay un metro por debajo que permite ver las horrorosas canillas peludas de los pipas; un ejército de pipas. Algún indie cree reconocer las canillas de Santi. “Es Santi; ya están ahí”. Más movimientos. La edad de los lesbianos ha ido disminuyendo notablemente en los conciertos de LOL. Ahora creo que la mayoría ronda los 18. Cuando comenzamos con nuestra obsesión lesbiana su público mayoritario eran maduritos gafipastas, y, por supuesto, nunca llenaban. Su éxito es total, tras el tercer disco en castellano con una multi. Este 1999 ha sido un salto interesante pero menos emocionante que su Maniobras de escapismo; y menos que su Cuentos chinos para niños del Japón. Pero aquí estamos de nuevo. Con nuestros LOL. Nuestros porque a pesar de su éxito multitudinario seguimos enganchados. Sobre todo Blas. Creo que está enamorada de Santi; lo tiene de salvapantallas en su ordenador y sus secretarias le dicen que qué guapo es su marido. Ella creo, no las corrige aunque dice que sí.

Por fin quitan las cortinas y aparece la oblonga sombra del bajista Joanra saludando. Van entrando el resto de los componentes, con sencillez, sin demasiada pose (excepto, como siempre Jordi, el guitarra, cada vez más desnortado, gordo y, prescindible?) y colocándose en el estupendo escenario que viste y luce de gala para el grupo estrella de la noche. El teclas, al que llaman Deluxe, porque es igual (yo creo que es él; no sé su nombre porque no aparece nunca; tampoco su foto – en lugar de ella hay un sombrero en su myspace-; seguro es Xoel Deluxe, cada vez más importante en el directo y en los discos; es muy bueno – debería mirar su nombre en la camiseta que firmó sobre la delantera de Lou, aunque es probable que, ante tamaño reto, no se entienda nada); el estupendo batera, Uri, un puntal; Julián, mi favorito de los LOL (el guitarra acústico más elegante; creo que básico en el cambio que sufrió el sonido y la intención del grupo con su Maniobras en el 2005; compositor de muchas de las melodías y creo que el cómplice de Santi). Por fin, Santi: con cara de cansado, algunos kilos de más; parece que esta gira le ha puesto 10 años encima; no me extraña. Santi es un artista; un creador de un mundo original que ha llegado a miles de corazones que, como decía un tipo en un blog, “se matan a pajas escuchando Domingos Astrománticos”. Cada vez utiliza mejor su carisma, los gestos y las palabras justas; siempre tratando con respeto a su público; lo respeta porque no asume que son descerebrados así que ironiza y les da las gracias con su entrega total física y mental. Creo que es demasiado. Temo por él.

El concierto, de los mejores. Sonido excelente gracias al protagonismo que le han dejado al teclista y a la acústica de Julián. Jordi fuera, a su bola; su guitarra al fondo como una chicharra pero, al menos, no molesta, como otras veces. La voz de Santi muy ayudada por las gargantas emocionadas del público que canta todas las canciones desde el principio (Santi hasta le hace segundas). Los temas magníficos. Me llegan, sobre todo, los antiguos: Houston, Cómo me amo, Noches reversibles. En todo caso, la sensación de que están al límite. Más serios. Creo que exhaustos física y emocionalmente; probablemente también, conscientes de lo difícil que será el siguiente paso. Muchos acaban separándose tras un maratón como el de los LOL (los Sunday Drivers). Esperemos que siga el genio pero creo que tendrán que inventarse una nueva pirueta. Otra maniobra de escapismo. Es el Fin de Ciclo. Suerte y, siempre, gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también estuve allí, entre los .............demás.
Ayer vi una película sobre las mujeres de Ciudad Juarez y el iceberg la que sustenta. También leí a Manuel Vicent en la contraportada de El País.
En fín LOL gusta, mucho y a muchos .............. no se que me pasa que cuando hablo de la masa me quedo sin palabras y creo que voy a citar a Calamaro.