lunes, 22 de febrero de 2010

INSTRUCCIONES (3): Borrón y cuenta nueva.


Bueno… estooo… ¿se me oye?

¿Sí? Lo diré bajito:


(Esta es una canción protesta generacional).


— ¿Cómo?

— Digo que ésta es una canción protesta generacional, por eso lo de “a estas alturas”.
— ¿Protesta? ¿generacional? ¿Pero no éramos postmodernos? ¿Ya estamos otra vez con las pancartitas? ¡Y tendrán sloganes y todo! ¡No te jode!

Pues sí ¿qué pasa? Esta es la canción de la Generación X después de ser descubierta. Y nominada para ser reemplazada. ¡Que pase el siguiente! (¿Oís sus gritos?: “¡Salgan de aquí! ¡Aquí se viene a trabajar, a obedecer, pagar impuestos, consumir! ¡Cuidado, vuestras pensiones peligran! ¿Qué queréis? ¡El 68 ya está superado, consumido, olvidado! ¡Que pase el siguiente! ¿Dónde hay que vender?).


Putos baby-boommers. Nos lo queremos comer todo. Y, además, estamos destrozando el planeta. No sabemos ser padres responsables, consumidores responsables, trabajadores responsables, alineados con la organización, votantes políticamente correctos…

— Pero ¿qué queréis? ¿Volver a la Edad Media? ¡Ingenuos!…


Nuestros hermanos mayores eran yuppies de éxito. Nos enseñaron el camino. Ahora se les puede ver en algunos museos, después de su tercer infarto, después del cáncer y los dos divorcios. La Baronesa Thyssen los colecciona. Te regalan uno disecado si compras más de doce ascensores de golpe. Taxidermia yuppie. ¿Quién no desearía formar parte de su colección, junto a los Degas?

¿Alguien nos oye? Ya tenemos más de cuarenta tacos. Ya estamos del otro lado de la mitad de la vida (con suerte, tal vez, dice Ariel). ¿Podemos decir algo? ¿Le importa a alguien? ¿No hueles ya el formol? ¿No sientes la presencia del taxidermista, a tu espalda?


Sí, esta es una canción con una letra genérica.


Pero ¿a que se entiende?


Esta es una canción para decir que no. Desde una cierta posición. Desde una perspectiva. Por ayudar (si se nos permite la presunción). Un discurso provisto de una mirada vagamente escéptica como la que pone un animal domesticado cuando parece decirte «sí, obedeceré, pero no creas que no sé que te estás aprovechando de mí, que tirar del carro es más noble que dar latigazos. Y que, cuando quiera, me largo y le vas a dar vueltas al molino tú con los cuernos».

Bueno, también puede leerse como una elegante reivindicación de la experiencia como base del conocimiento, de la justificación para el cambio.


Porque esta canción también es un punto (y seguido).

Aunque esta canción gire alrededor de la palabra «NO». Pero es porque, para algunos lingüistas ,
«NO» es la palabra primigenia. La primera palabra que pronunció un homínido —bueno, dicen que fue una mujérida, diciéndole a su cachórrido: NO! (…te acerques al precipicio, al león, a la planta con espinas…)—.

Esta es una canción para recuperar la palabra «NO» cuando ¿aún? estamos a tiempo.

Es sencillo, podéis empezar por la Wikipedia (y acabar con Matadero 5 de Vonnegut).


Podéis, después, probar a articularla lentamente: se empieza con la «n», una articulación alveolar nasal, con la punta de la lengua apoyada en la montaña alveolar, justo encima de los incisivos superiores… Intentadlo. Luego sale de un modo natural.


¡Ah! Se me olvidaba. ¿Cómo se dice «no» desde esta canción? El cómo es importante. Veréis, se nos ocurrió que la fórmula es: bajo + batería potente, silencios que afirman las frases dejándolas en el aire, junto al precipicio del (implícito) «algo tendremos que hacer», coros en registros casi Godspell junto a un Hammond B3 que intenta ser/ es como un grito, un énfasis continuo, un ¡eeehh! ¿se oye bien?... después oiréis el solo de guitarra, que este si que viene cabreao de veras (por supuesto, guitarra distorsionada, que este es un asunto grave).


Y, después, borrón y cuenta nueva.

Sí, es una frase hecha. Pero «Begin the beguine» ya estaba pillada (y, además, a Fito y los Fitipaldis nadie les dice nada sobre las frases hechas / echadas a perder —por la boca/pez, la casa por el tejado, etc.— y ellos también tienen su edad). Empieza con el puente y su «de repente». ¡Eh!¡Sorpresa!: la canción respira, entra un poco de aire, ganas, aparece la luz al final (en medio) del túnel… porque ¿qué se hace después de decir que no, un «no» bien dicho, en su momento, redondo como un bombo?: andar a un palmo del suelo, sacudir telarañas… recuperar el deseo.


Así que… al final, mejor te doy un beso… y borrón y cuenta nueva.


¿Podéis notar todavía la playa, bajo el asfalto? Pues debería seguir ahí.



BORRON Y CUENTA NUEVA:

Intro: Re

Estrofa: Re Fa Sol Re x2 / Mi Sol Re x2

Puente: Fa# Sim Sol Re x3 Fa# Sim Sol7

Estribillo: Re Fa Sol Re

A estas alturas / parece que lo correcto / sea callar. / A estas alturas / tal vez lo hayamos visto todo, / tengamos algunas respuestas / y tres consejos que dar. / A estas alturas / nadie nos puede decir / que no lo hemos intentado, / que no nos hemos querido / adaptar./ A estas alturas / parece que lo obligado / sea obedecer. / A estas alturas / tal vez nos hayamos equivocado / (pero menos cuando dijimos / y más cuando hemos callado). / Pero de repente / nos ha vuelto a salir el pelo, / se nos han borrado las canas, / sacudimos telarañas / y andamos a un palmo del suelo; / nos han vuelto las ganas / (que nunca perdimos del todo) / de decir que no, que no, que no… / Que esto no es lo que quiero, / que esta no es la manera, / que mejor lo pienso un poco / y borrón y cuenta nueva. / Que esto no es lo que quiero, / que esta no es la manera, / que mejor te doy un beso / y borrón y cuenta nueva.






6 comentarios:

Bill, el de la catana, que no se reforma dijo...

Los perros de Coupland se comían las bolsas de grasa de la liposuccion de las famosas/os de las clínicas de élite de las proximidades del desierto. No hay grupo control que yo sepa. Cuando la leo/escucho, siempre me acuerdo de ellos. De los Perros de Coupland.

Abel Jaime Novoa Jurado dijo...

Gran tema.. basado en una melodía que el tipo que canta compuso para el mítico grupo madrileño Rojo Congo, "Escupe en el dinero", inaudito título para una gran canción que ya apuntaba a "borrón" de alguna manera, pero menos cínica (o más?) y que los rojocongoleños estrenaron en el primer programa del Gran Wyomin para TV, en Telemadrid, "La noche se mueve" tras una entrevista de 20 minutos!!! Es una melodía condenada a soportar himnos en las diferentes transiciones biográficas y que, me temo, tiene un pésimo pronóstico ¿Cúal será el siguiente estribillo?.... "Pensiones para todos"?, "Mis prótesis de titanio"?

Náufrago dijo...

Lo intento. Mira que lo intento y le echo su tiempo. Me enredo con la wikipedia y esos links que Pepe nos sirve en bandeja. Pero lo siento, con tanta alusión y referencias en espiral, esta vez me he perdido. Así que alguien me aclare, por favor, lo de los doce ascensores y si es aún más generoso lo de la playa bajo el asfalto.

Pepemomia dijo...

A “náufrago”

Primero, gracias por pasarte por aquí.

Lo de los ascensores tiene que ver con http://www.thyssenkruppelevadores.com/ y a propósito de la artística baronesa vonTita, en plan metáfora de la posmodernidad industrial: usted nos compra, nosotros le regalamos cadáveres que sacamos del armario (básicamente individuos sobreexplotados desde el tercer al primer mundo, que para eso somos multinacionales).

Lo de la playa bajo el asfalto parafrasea ese eslogan de París 1968 : “Sous les pavès, la plage” (siempre traducida como “bajo los adoquines está la playa”) y todo el desencanto postindustrial y global posterior http://www.filosofia.net/materiales/articulos/a_17.html.

Y sí, reconozco que el texto resulta confuso, pero quería darla esa intención fragmentaria, de rabia contracultural, de desorden mental cuando las cosas te resultan incómodas pero tampoco sabes cómo arreglarlas.

Pepe

Náufrgo dijo...

..."pero no era una playa lo que se escondía bajo los adoquines, y si lo era estaba tan atestada como un lugar de veraneo o un centro comercial, no era precisamente la visión de un paraíso"
Me ha encantado tu texto con aspiración contracultural.
Gracias por las aclaraciones.

josema dijo...

Borrón y cuenta nueva, borrón y cuenta nueva, borrón y cuen.....
¡Ya está bien coño!
Con lo bonitas que son las libretas y lápiceros sin estrenar, lo bien que huelen. Hay que dejarlos así, siempre puedes pensar en lo que te falta por apuntar, por escribir.
Mientras tanto... lo dices, lo escupes, lo sueltas, lo vomitas... mejor aún, lo cantas y lo tocas.
P.D.: ¿Rojo Congo?, ¿Quién coño es Rojo Congo?. Aquí lo veo: http://panreac0.hl78.dinaserver.com/spanish/fds/ESP/X121611.htm