miércoles, 10 de marzo de 2010

INSTRUCCIONES (5): Qué bonito es el amor.






Esta canción, en realidad, no se llamaba así. Esta canción se llamaba (y así consta en mis archivos-momia): «Todas las canciones hablan de desamor». Para que no hubiera /haya dudas [la barra alude a lo que pretendía (yo) y lo que ha llegado a ser (la canción) + mi reivindicación].


Y, además, esta es una canción mutante, porque consta de un estribillo injertado sobre una letra (con modificaciones) a la que, además, se le cayó alguna estrofa.


Pero ésta, ahora que lo pienso, es ¡otra canción protesta! ¿Qué me/nos pasa? [la barra alude a que, vale, está bien, yo propongo, pero estos chicos, bueno, sobre todo uno, escogen, así que… no toda la responsabilidad es mía].


Esta canción protesta de/a los quejicas del amor [la barra alude a la creación y a los creadores, aunque hablen en modo ficción; ¡no tenéis escapatoria, tristones!]. Esta canción protesta por el sufrimiento provocado por todas esas canciones de las que hablaba Nick Hornby (por boca del protagonista) en «Alta fidelidad» (por cierto, el que no la haya visto, ya puede ir corriendo a buscarla en su proveedor más cercano). El escritor (y/o su personaje) [la barra alude a un ¿supuesto? componente autobiográfico] en los primeros minutos de la película —¿le habéis dado al video-cabecera, verdad?— se refiere a lo deficiente que puede resultar la educación de un adolescente basada en las letras y los tonos menores que envuelven temas sobre separaciones, abandonos, amores en fuga o en declive, relaciones que se hunden en la rutina de la ¡segunda cita!, chicas que nunca te han hecho caso (o no el suficiente), chicas que se han ido, chicas que nunca vinieron, que no están cuando las necesitas, que se han ido con tu (hasta ese momento) mejor amigo, chicas malas, chicas crueles… desamor, en fin. Mucho desamor/nihilismo al por mayor. [la barra alude a ¡vaya!, otro verso perdido].


Por si la cosa no quedaba clara, el Lidl le injertó el estribillo más potente de la historia del folk-pop-rock (versión para menores de 13 años ¿o de 7?). Hay que reconocer que la cosa tiene miga. Donde el verso del famoso tema infantil «La virgen de la cueva» (en la referencia a ese título —¿la virgen?—debe estar la ironía del estribillo injertado, digo yo) reza “los parajitos cantan y las nubes se levantan”, los pajaritos canoros han sido sustituidos por los más políticamente correctos (en el contexto) “angelitos”. Otros lo han hecho antes con resultados todavía más deletéreos.


Bueno, el caso era defenderse de tanta desgracia cantada y hacer una advertencia a futuros barbudos melancólicos (perdón Eels, no va por ti), a Bisbales despistados, a todos esos amantes de la muy mal llamada canción ligera, a los Pimpinelas que en el mundo han sido. Incluso hemos adoptado el famoso verso "sin rumbo y en el lodo" del bolerasso "si tu me dices ven" (ver aquí).


Por favor, ya está bien. De verdad.


Ya vale de tanta chica que se ha ido: en términos de gestión, ya sabéis, la pérdida, la miseria de sentirse abandonado, los cuernos —me atrevería a decir— son sólo una oportunidad de mejora. Y una buena acción colectiva. El despecho lleva, posteriormente, a mucho más contacto sociosexual (de ahí las ulteriores canciones con el tema de «pues ahora te vas a enterar» o «lo tuyo tampoco era para tanto, perdona, bonita». En serio. Bueno, yo nunca lo he probado. Un amigo me lo dijo.


Así que no hay para tanto. No podemos llenar la historia del pop-rock de tanta lágrima y desvalimiento. Es como un Diluvio Universal anegando microsurcos y emepetreses. Ni tanto resentimiento, ni tanta nostalgia. ¿No podemos dar un mensaje más positivo? Adelante, vosotros podéis, nuevos cantantes de la nación pop.


Como ejemplo, baste mencionar el último superventas patrio: Sabina (XXXVI bis), la venganza. En la promo de su último disco-libro(s)-DVD-gira de Sabina se nos ha hecho saber que, estando Sabina feliz y contento con su Jimena —y, por tanto, falto de letras—, no tuvo otro remedio que echar mano de Benjamín Prado, poeta excelso y muy querido por nosotros —hasta entonces, aunque ya lo hemos vuelto a perdonar— que, en ese momento se encontraba sin rumbo y en el lodo tras la ruptura con la penúltima. La tristeza y el dolor de BP servirían —en Praga, así cualquiera— para encontrar la inspiración (inspiración llorica, con perdón) que motivó los sucesivos temas “Virgen de la Amargura” (un título que en este contexto parece que lo dice ya todo, como esos trailers que te cuentan toda la película), “Cristales de Bohemia”, etc. [el etc. quiere decir que, citando a Umbral, en este blog estamos para hablar de mi libro, así que el que quiera más sobre el tema que se compre «Romper una canción» de BP y todo el set del sabinista galático; nosotros a lo nuestro…]. Por cierto, muy mal, Benjamín. Te lo hemos de decir, concretamente, como fanes tuyos que somos. Si quieres ponerle música a tus cosas… ¡llámanos, hombre! Te garantizamos grandes temas y cero remuneración. Y eso sí que duele, no que te deje la novia.


Y la música. ¡Ah, esa música!


La cosa empieza con un riff de guitarra (que a mí, no sé por qué, me recuerda un viejo tema de ABC, The Look Of Love, un grupo new romantic versión disco-funk blanco —o sea malo— de cuando yo todavía bailaba y, sí, lo sé, ya me he arrepentido de ciertas cosas). Yo lo tengo como tono entrante —el nuestro, no el de los ABC— de llamada en el móvil y se acaba justo cuando Abel canta eso de «me deprime…». Luego tenemos las primeras estrofas, también sobre un fondo funkeado que subrayamos teclado y saxo —en el Si bemol- Do de cada final de frase— hasta el puente, todo él aéreo y sugerente, con una percusión magnífica (fijaos, fijaos…¿a que sí?) que da paso al estribillo (del que ya no me extiendo más, que bastante tenemos). Sólo una estrofa más —donde los “iste” le dan unos acentos, reconoceréis, bastante interesantes— y de nuevo al puente, un “sobre puente” con entrada fuerte de saxo soul al final, después coros en el último estribillo, silencio (evocador) con a-um-pa-pa (si Freud levantara la cabeza [¿del diván?]) y final-total con coros uuuuuhh-el amor.


Dice el Lidl que la música está adaptada de un tema homónimo de «Rojo Congo» mítico grupo madrileño de cuando se llevaban las hombreras y el análisis microbiológico no se había automatizado. Será así, si el Lidl lo dice.


Insisto. Ponedla en el móvil. (Y no olvidéis ponerlo en «modo reunión» en los entierros para no quedar mal).


Besos.


(Y recordad: ESTAMOS EN EL PUB TREBOL (junto a Eroski-Infante) el PROXIMO SABADO).



QUE BONITO ES EL AMOR.


Intro: Solm Rem Dom

V: Solm Sib Do

P1: Fa - Sol à Dom Rem Re7 Do7

Ch: Solm Rem Dom

P2: Sib Re# Sol# Fa (x2) à Fa - Sol (*)


(V) Me deprimen / tantas canciones al mal amor, / tantos versos a las espinas / (y tan pocos para la flor). / No me gusta, / que le cantes a la chica porque se ha ido, / que el estribillo se deshaga en lágrimas / por aquel amor…desaparecido / (P1) No soporto más / canciones de despedida. / No aguanto más / lamentos por tus heridas. / Tío…antes de que me desintegre, / cántame algo más alegre / (Ch) Qué bonito es el amor / (cuando es verdadero): / Los angelitos cantan / y las nubes se levantan. / Me agota / tanto asunto de que te fuiste, / que me dejaste, que te fugaste, / que te abriste, que desapareciste, /(P2 [sin tío, etc…] ) (V) / Me da mal rollo oír / cómo os han dejado tirados, / perdidos, sin rumbo y en el lodo: / Habrá que mirar para otro lado. / (P1 +solo) / (E) / A-hum-pa-pa (x n) / Uuuuuuuh…. el amor (x n)






5 comentarios:

Pepa González dijo...

Muy buena letra, Pep, y muy buena historia. Por cierto, para soportar así tanta decepción hay que decepcionarse profunnnndamente primero, sino, no se hace nada creible esto!!

Abel Jaime Novoa Jurado dijo...

No puedo comentar nada más.. Un tema no-creible literalmente.. me acabo de dar cuenta de la contradicción del estribillo con las estrofas (la he cagao Pepe..lo siento), que acabamos cantando a lo que se denuncia, que no era "angelitos" sino "pajaritos" es, es... horrible..

Ahora bien.. tremenda entrada (muy new romantic es verdad), estrofa funky, puente psicodélico, estribillo de rock latino y segundo puente con letra de bolero terminando con el mejor solo de saxo de nuestro saxo-sex-momia y un final.. bueno escuchadla y no penséis mucho, dejaos llevar

Abel Jaime Novoa Jurado dijo...

Es como el monstruo de Frankenstein (pero el de Mel Brooks)de las canciones pop.. eso es.. un monstruo-pop

Pepemomia dijo...

Eso es: es un monstruo. Pero es nuestro monstruo. ¡Y es tan bonito cuando me mira!

Anónimo dijo...

Chicos: Menos instrucciones y mas canciones.