jueves, 1 de marzo de 2012

TOMA #




Día 1. Toma -1.

A pesar del trabajo extra que supone, he decidido llevar un diario de la grabación de nuestro disco. Omar, Fran, Betty y yo estamos muy ilusionados con las posibilidades de nuestros temas. Bueno, en realidad eran mis temas, si exceptuamos la letra de “Hombre-perro” de Omar, pero con las aportaciones de cada uno, las canciones van siendo de todos, del procomún, parte del proyecto, como nos gusta llamarlo. La idea es hacer de este diario un mapa de lo que va siendo este camino, una puesta en limpio de cómo se ha ido construyendo. Uno de esos documentos que los críticos luego leen como una joya, donde se encuentran todas las explicaciones, todos los detalles. A quién se le ocurrió ese arreglo, por qué no salió esa frase, finalmente. Un documento imprescindible. Esta tarde hemos repasado las guías de los temas. Fran está encantado con las posibles líneas de bajo de “Recorriendo océanos” y de “Plasma fresco”. Omar, con su habitual falta de contención verbal y un nuevo tic facial que me pone muy nervioso, me ha asegurado que atenuará sus frecuentes excesos de redobles y que entiende que lo que estaba bien para su grupo de hardcore o para nuestros posreriores directos hay que moderarlo en el estudio. Sin embargo se ha pasado media tarde aporreando la batería y nos hemos tenido que ir a la habitación de al lado para poder seguir hablando (y odiándole). Por cierto ¡el grupo sigue sin nombre!

Día 8. Toma 0.

Tras varios días recolectando el material — el padre de Fran ha sido muy amable y nos ha prestado los micros que tiene en casa de su antigua consulta de foniatría-logopedia — hemos cableado todo el estudio, calibrado la placa de sonido y formateado el PC para que el programa de grabación/edición corra mejor. He puesto un póster de los Kinks para que sus dioses nos protejan (y para picar un poco a Betty, que es más de los Who). He hecho copias de las letras y las armonías para todos. La alfombra recién traída de la lavandería y algunas fundas de mis viejos LPs de los 90 hacen el resto. He llenado la nevera de agua mineral Evian, la preferida de Brian Eno según el RollingStone de Abril. No podemos fallar.

Dia 12. Toma 4.

Omar sigue empeñado en destrozar la caja o las baquetas o las dos cosas a la vez. Le he dicho ya más de veinte veces que el tono de los temas no permite un ritmo tan machacón ni tan presente, que intente ser más medido, más jazzy, incluso. Me ha dado una conferencia sobre bateristas célebres, modos de pegar, parches y maderas más adecuadas; creo que el tic ahora lo tiene en el otro lado de la cara. Dice que la única forma de conseguir lo que quiero tendrá que ser en la edición de las tomas, que él no sabe o no puede o no quiere o las tres cosas, pero, por más que me pongo con los filtros y los cambios de parámetros en el editor no consigo que suene ni parecido a como lo había imaginado. Fran sigue empeñado en que cambie “amígdala” por “luciérnaga” en “Desechos el uno para el otro”. Dice que no importa que el estribillo diga “pretendo surfear/los impulsos que transitan/ tu luciérnaga cerebral” y que, total, las letras no las oye nadie y antes tampoco se entendía la frase. Betty no dice nada. Ha vuelto a emborracharse en mitad de la sesión de grabación (no ha aceptado lo del agua mineral ni siquiera cuando le he hablado de Eno) y se oye un eructo suyo hacia el final de “The last of the must” que no consigo hacer desaparecer de la pista ni con detergente. Otro delicioso día de grabación.

Dia 20. Toma 10.

Betty dice que nos podíamos llamar “The Nada”, Fran propone “Alex & Timia” y Omar insiste con “The Katatoniks”. A ninguno les gusta mi opción, y eso que tardé mucho en decidirme por “Lisístrata” en lugar de “Bart's worst idea” (que además es, creo, el mejor tema del disco, a pesar de que Fran diga que es “un petardo, pero, además, un petardo demasiado parecido a 'Love is in the air' y con un lamentable regusto final a 'Fernando' de ABBA”). Una vez más retomamos y dejamos abandonado el tema del nombre del grupo. Fran sigue dándole vueltas al bajo canción tras canción. Nunca parece satisfecho y de algunos temas hemos hecho más de diez tomas (y, trístemente, ninguna demasiado buena). Lo de Fran es la psicodelia sobre un lecho de Aerosmith, o sea y básicamente, imposible. Yo no hago más que ponerle discos de Belle & Sebastian y el tipo impasible, como si nada, como si no fuera con él. Mañana atacaré con algo más canónico, quizá con los mismos Beatles, pero creo que Fran padece una sordera pop-selectiva.

Dia 45. Toma n.

Esto no solamente es un infierno sino que estamos en uno de sus círculos más profundos y oscuros. Betty consigue sonar como una soprano borracha aunque no lo esté, lo que no ocurre la mayoría de las veces. Se ha disculpado por haber vomitado sobre la cubierta del disco de los Waterboys que me regaló Ana, mi primera novia. He aceptado las disculpas pero por mi mirada debe haber entendido que, por supuesto, no la perdonaré nunca. Hoy ha insistido en cantar desnuda, y, aunque la guitarra acústica le tapaba, parcialmente, el pubis, no he conseguido prestar atención a su afinación hasta la sexta toma. No hay que negar que la chica pone todo lo que tiene en el empeño, y que, de alguna forma, todo lo que tiene resulta excesivo. Y, por cierto, no es rubia. Para nada.

Día 56. Toma n + 30.

Omar ha decidido que tiene que grabar todas las baterías de nuevo. Yo no sé cómo decirle que he sustituído la mayoría de sus tomas por loops y ritmos que me he bajado de Internet. Incluso he metido un ritmillo con el teclado MIDI que queda de coña. He hecho como que me interesaba mucho la propuesta aunque he conseguido convencerlo de postponer las nuevas grabaciones de baterías hasta la semana que viene, si a Betty le dan el alta ya en el hospital y sus padres la dejan salir de casa. La verdad es que no me había dado ni cuenta de lo de las pastillas. Ni de la cocaína. Fran está muy preocupado por la gira después del disco, dice que Betty es muy inestable y que él podría hacer las voces si hiciera falta. Me ha hecho una demostración (sin desnudarse, gracias a Dios). Después de oír eso que Fran llama “falsete” he llamado inmediatamente a Betty y le he hecho que me prometa una rápida recuperación y me dé garantías de su profesionalidad y disposición a la rehabilitación total. Me he ofrecido incluso a pagarle alguna raya. Creo que cuando me ha dicho “que te jodan” sus padres debían estar presionándola. De algún modo.

Día 72. Toma 60.

Después de reponerme de mi crisis nerviosa cuando he visto que en mi último intento por acelerar la velocidad de proceso del PC he borrado los ficheros de grabación desde el día 20 en adelante (con lo que, prácticamente, me he quedado sólo con las bases rítmicas —¡Omar, dioses, qué golpes! — y las dos primeras tomas de la ¿voz? de Betty en “Lost for lust”) he decidido que la mayor parte de las guitarras, coros, vientos, ruidos eléctricos, sonidos de ambiente, efectos, entradas MIDI, filtros, samplers y todos los miles de arreglos que había grabado estaban, en realidad, de más. Me he convencido de que es una señal de los dioses del pop, y que sonamos mejor cuanto más simple y más desnudos (y no lo digo sólo por Betty, que también). He grabado de nuevo algunos de los riffs que recordaba (aunque eran tantos que creo que ahora algunos están en los temas que no estaban) y algunas camas de teclado para las subidas antes de los estribillos, sobre todo en “Bart's worst idea” y en “Desechos, etc.”. He llamado a Betty y me ha prometido que por la mañana estará bien y vendrá a grabar de nuevo los temas que he borrado. He decidido tomarme otro Orfidal antes de irme a la cama pero creo que me he confundido y me he tomado el antiparasitario del perro. La experiencia me ha servido para cambiar el puente de “Fuck them all at last, you, Cinderella” y queda mucho mejor, aunque el picor que tengo en las ingles no me va a dejar dormir. ¿Qué mierda le ponen a las cosas estas para chuchos?

Día 100. Toma indeterminada.

No veo el final. Ellos tampoco. Les digo que las canciones, como decía Valery de la poesía, no se terminan, se abandonan. Me dicen que soy un capullo y un redicho y que Valery nunca consiguió un Grammy. Ahí tienen razón. Omar ha descubierto los ritmos MIDI que he camuflado de nuevo en algunos, bueno, en la mayoría, de los temas, en un plano algo, bueno, ligeramente, está bien, quizá algo, no, muy, superior a sus baterías originales. Me ha dicho cosas con palabras que mi madre nunca conocerá y que no puedo repetir en este diario. Ahora tiene más tics, apenas hay músculo de su cara que no se mueva al hablar y creo que yo también empiezo a notar algo en mi párapado derecho. Cuando me ha mandado a la mierda después de amenazarme con diversos tipos de muerte lenta y dolorosa, he pensado que quizá, es posible, tal vez debería haberle consultado alguno de estos cambios antes. Luego he reflexionado sobre la responsabilidad del líder y esas cosas y se me ha pasado. Todo excepto el tic.

Día 120. Toma final.

Como sorpresa para el grupo he grabado un tema extra, un bonus-track en el que he construido todas las pistas, todas las voces, todos los instrumentos. Se llama “All is back again”. Se lo he presentado después de que oyeran las versiones, por fin, definitivas de todos los temas. Por resumir, “Bart's...” les ha parecido pretencioso, más glam que rock, pero menos glam que cursi sin más; “Desechos...” dice Betty que suena como si quisiera ser otra canción y no pudiera; De “Farmacias en guardia” les ha gustado, sobre todo, que no tenga estribillo (pero la verdad es que sí que tiene, así que no sé qué les ha gustado, realmente); en “The last of the must” me insisten en que pronuncie mejor “consistence” y “evanescence” (y me veo, sinceramente, incapaz: yo siempre he sido de francés ; sobre “Lost for lust” han guardado un, diría, luctuoso silencio (y se miraban); “[...]Cinderella” les parece insuficientemente distorsionada y no entienden lo del pizzicato de violines en el puente (ni por qué me rasco las ingles cuando la oigo). De “Hombre-perro” dicen que sería un gran tema si lo tocase otro grupo, lo que no va a ocurrir nunca; de “Plasma fresco” y “Recorriendo océanos” insisten en que son de esos temas para desechar (y avergonzarse de haberlos siquiera intentado). Y esos han sido los comentarios elogiosos. Cuando les he puesto “All is back again” me han dicho si se la quiero vender a Melendi o si es un regalo para el cumpleaños de mi abuelo o las dos cosas. Hoy ha sido uno de esos días en mi supergrupo. Otra vez.

Día D. Toma #

Lo de Betty se veía venir. Y en su nuevo grupo post-post-neo-punk la chica queda bien, para que nos vamos a engañar. Nunca pensé que se pudiera escupir así, tan seguido y estando borracha. Fran, en cambio, parecía bastante contento con sus bajos y sus aportaciones en las letras, así que su deserción me ha sorprendido más. En el mail que me ha escrito pone que lo deja “por razones de dignidad musical”. La verdad es que parecen palabras muy gruesas sólo porque en cinco de los doce temas llamara finalmente a mi sobrino que, entre nosotros, solucionó la papeleta mucho mejor y en apenas dos tomas. Pero lo que no entiendo, para nada, es lo de Omar. Además se ha llevado el ride y el crash porque dice que son suyos (a pesar de que quedamos, desde el principio, que todo lo que entraba en el estudio sería del grupo). Las baterías quedaron tal cual, quizá un poco menos elocuentes con el filtro y el compresor, una ayuda con Cubase por aquí y algún loop electrico discretamente entretejido. Pero, qué quiere, es lo que se lleva, ¿no? Bueno, ¿qué importa? Todos los grupos han pasado por estas fases. Y, algún día, el único rastro que quedará de éste (que nunca tuvo nombre) será mi diario. Lo que no sé cómo explicarles, si los vuelvo a ver, es que el disco duro se jodió definitivamente y se perdieron los archivos de las pistas originales. Espero que, por lo menos Betty tenga la copia en CD que le regalé el día de la fiesta de fin de grabación. Y que recuerde dónde la ha puesto, entre tanta cerveza y todos esos escupitajos.
           En el fondo, me importa un huevo. ¡Qué les den! Haré una gira en acústico. Yo sólo: “Groin's itch”, unplugged.
           Mola ¿no?



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