miércoles, 13 de mayo de 2009

Pecados capitales [de provincias] (2): SOBERBIA


Estimado Señor Alcaide:

Me veo en la obligación de notificarle que el reo numerado 325c22 y conocido como Hashid Muhammed Ibrahim, que cumple condena en esta Base por altercado de orden público, propagación de ideas subversivas y apoyo a actos de terrorismo, ha destacado en su actitud de falta de colaboración y, por qué no decirlo, franca confrontación con la autoridad carcelaria. A pesar de habérsele estimulado su necesaria contribución para la resolución del conflicto armado mediante los sistemas facilitadores correspondientes que suponen prolongadas sesiones de aislamiento estricto, privación de sueño e, incluso, la simulación de ahogamiento o de fusilamiento, el reo ha persistido en todo momento en su obstinado silencio salvo por los insultos que profiere en las mencionadas sesiones, lo que hace dudar de los informes de Inteligencia que señalaban su antigua profesión como [copio de B#55/07] “maestro en una escuela primaria”.

Esta actitud testaruda y, si se me permite, no exenta de soberbia —en ocasiones nos ha dado la impresión de que el reo pretendía envanecerse estableciendo un nuevo límite a la resistencia humana al dolor— parece haberse contagiado a otros presos a pesar de la ausencia aparente de comunicación física entre ellos. Todo esto multiplica nuestro ya de por sí exceso de tareas y ha obligado a establecer nuevos turnos de supervisión y sesiones en nocturnos y festivos, con el consiguiente malestar de la tropa al cargo. Esta altivez y menosprecio a nuestro trabajo es causa del exceso de celo que pudo provocar su inesperado fallecimiento el pasado día 9 a las 7:30, mientras el soldado Graham, responsable de esta última sesión, tomaba su reglamentario descanso en la cantina y 325c22 desafiaba, como era habitual en él, el voltaje del electroestimulador.

Quedo no obstante a su disposición para cualquier otra aclaración que pudiera precisar.

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