Leer un periódico en la playa es tarea de gran dificultad. La brisa marina, para otras cosas tan insuficiente, genera fuerzas que los físicos acotan en la mecánica de fluidos y que ley de Bernoulli por aquí, ley de Poisieuille por allá, hace que las páginas se doblen sobre sí mismas, se revuelvan, flameen como banderas (siempre exponiendo, incómodamente, el anuncio con los grandes tipos de “Yo no soy tonto” mientras luchamos contra ese objeto que parece haber cobrado vida: una vida desordenada y salvaje). El periódico, en resumen, se nos apodera y nos agrede. Hay que permanecer atentos para que sus afiladas hojas, llenas de guerras y políticos rencorosos no acaben hiriéndonos por la cara (nunca mejor dicho, si se me permite la falta de modestia).
La grapa (que es de lo mejor que tiene, por ejemplo, el ABC: una grapa proletaria, por su labor ingrata, y a la vez neocon, por la falta de reformas en su diseño; una grapa moderna, por su utilidad, y clásica, de orden jónico) puede aminorar los efectos, pero no es una solución completa. Porque, en el remoto caso de que el lector tenga una especie de superpoderes que lo asistan o que el diseño del periódico fuera particularmente aeroeficiente (o que en ABC se decidieran por fin por poner una segunda grapa o hacerle lomos al periódico, por ejemplo, los días del suplemento cultural), sigue estando el problema de los contenidos. Y eso sí que hace sangre. A eso vamos.
Esta Asociación o Platamorfa (o lo que demonios sea) Momia® hace una propuesta (no vinculante hasta su discusión en asamblea) de una moratoria de ciertas noticias en los periódicos que se incluya en los Libros de Estilo correspondientes (o como pequeñas anotaciones entre las páginas de papel cebolla de los Libros Sagrados para los rotativos de determinadas líneas editoriales). Desde nuestro punto de vista, debemos evitar noticias:
1) Que hagan referencia a placeres claramente inalcanzables para nuestro nivel moral o económico o que supongan un contraste excesivo con el MMV (modelo medio de vacaciones): ejemplo: “Una orgía para 350 personas (subtitulado: una compañía holandesa alquila un hotel en medio de la campiña inglesa para celebrar un intercambio de parejas)”. Intolerable: si la campiña inglesa es inaccesible para la gran mayor parte de nosotros, ¿qué valor tiene la noticia? ¿desmoralizarnos?
2) Que ofendan la más mínima lógica o coherencia interna del discurso: ejemplo, simultanear “Marruecos abrirá un centro cultural en Barcelona” con “Absuelven a los mossos acusados de tortura” y, además, “Muere un joven marroquí por la represión policial (subtitulado: ‘Fue trasladado a la comisaría de la plaza Jmaa el Fna donde podría haber sido objeto de torturas que resultaron fatales’)” e incluso “La comisaría de Marraquesh es un mini Guantánamo en versión árabe”. Esto, claramente, puede inducir a la confusión: parecería que la colaboración cultural…no sé… tal vez que… ¿o no?
3) Que puedan echar por tierra la abnegada labor de varios años hundido en el sofá, abducido por la serie de moda (postpoética). Ejemplo: “¿Es el guión de perdidos un plagio?”.
4) Que puedan hacer dudar del concepto de globalización y/o de un avance técnico incorporado a nuestras vidas como algo irrenuciable y/o de la tozudez de los habitantes de ciertas regiones: “La @ ya se utilizaba en 1448 en Aragón”
En fin, tómese en lo que vale esta tímida propuesta, porque, si no, servidor va a pasar de periódicos (con y sin grapa) y se va a llevar su flamante Connect-PC al punto Wi-fi más cercano, si es posible desde la Ma-k, para encufarse a El Mundo Today que es de lo poco con sentido común que se puede leer, PRISA/Unidad Editorial mediante.
2 comentarios:
Opto por no leer en la playa
Siempre bajo con cubo, pala y grapadora
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