A Javier Balibrea y a todos los demás que marcharon sigilosos
La muerte inesperada,
qué torpe e indecente.
Desgaja el cuerpo y el alma.
Obliga a un ritmo nuevo
que nos paraliza,
se diluye con el quehacer diario.
Y en un tiempo indefinido
nos devuelve donde estábamos.
Ya no somos los mismos
aunque más rebeldes
nos ha conquistado.
Marisa Reñé.
La muerte inesperada,
qué torpe e indecente.
Desgaja el cuerpo y el alma.
Obliga a un ritmo nuevo
que nos paraliza,
se diluye con el quehacer diario.
Y en un tiempo indefinido
nos devuelve donde estábamos.
Ya no somos los mismos
aunque más rebeldes
nos ha conquistado.
Marisa Reñé.
5 comentarios:
Gracias Marisa por tu grito...
poner palabras a lo que no las tiene... no sé por qué pero alivia
Gracias por tu talento, que gusto saber que otro puede decir lo que a uno le quiebra por dentro. Sí alivia, y mucho.
Me encanta leer estas palabras una y otra vez e inundar de "bali" mis ojos con un fuerte nudo en mi garganta. Gracias a esta "momia" mi viejo saxo sonará un poco más melancólico y triste.
Gracias "Bali", ha sido todo un orgullo tocar a tu lado.
La muerte, torpe e indecente... no sólo son bellas palabras. Lo peor es que son verdad.
Por el último Bob!!!!
Gracias, Mari...
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