En estos duros tiempos de crisis, se impone un compromiso duradero e inequívoco con nuestras convicciones más primordiales. Algo sólido, apropiado como bajorelieve en piedra. Un juramento que perdure en nuestro maltrecho y excesivamente postmoderno interior (casi me salió "alma", pero no debería haber almas postmodernas, serían almas de destrucción masiva).
Así que me salió esto, quizá más para brindar que para jurar o prometer, sólo exigible para quien quiera adherirse a la plataforma momia y parezca dudar de nuestros imperecederos principios. Admite amputaciones o elongaciones, si alguien tiene necesidad de manifestar otros principios fundamentales, insisto, como estos, inamovibles:
Prometemos,
en ausencia de Dios,
apurar el privilegio
de nuestra equivocación.
Juramos,
sobre este mapa borrado,
perdernos (y asegurarnos
de dudar de lo encontrado).
Confirmamos
nuestra solemne intención
de no hacer economías,
de malgastar el corazón.
Afirmamos
nuestra solidaridad
con los pobres oprimidos
por la Única Verdad.
Defendemos
el derecho a exhibirnos
y aceptamos el riesgo
de avergonzar a los hijos.
Protegemos
la libertad de palabra,
y la canción a bocajarro,
con su rima apresurada
y hacemos
caso omiso de la edad
adecuada para esto
de nuestra estabilidad...
(alegamos
Insensatez Transitoria
o lo que en esta vejez
nos dé tregua o moratoria)
y brindamos
porque duren muchos años
el deseo, la risa y los amigos
y los que (como yo) juran en vano.
1 comentario:
Brindo por ello!!
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